EL ESPECTADOR.COM
Diminutos robots circularían por
la sangre para combatir el cáncer
El estudio reportado en la
revista Nature, llamado interferencia por ARN, podría funcionar en los humanos.
Investigadores estadounidenses
desarrollaron pequeños robots de nanopartículas que pueden viajar a través de
la sangre y hasta los tumores de un paciente enfermo para suministrar una
terapia que desactiva un importante gen del cáncer.
El hallazgo, reportado en la
revista Nature, ofrece pruebas de que un nuevo enfoque médico llamado
interferencia por ARN podría funcionar en los humanos.
La sigla hace referencia al ácido
ribonucleico, un mensajero químico que está emergiendo como un factor clave en
el proceso de la enfermedad. Decenas de compañías biotecnológicas y
farmacéuticas están buscando formas de manipular el ARN para bloquear los genes
que generan las proteínas causantes de la enfermedad involucradas en el cáncer,
la ceguera y el sida.
Pero dirigir el tratamiento al
lugar correcto del cuerpo hasta ahora ha sido un desafío. Un equipo del
Instituto Tecnológico de California, en Pasadena, usó nanotecnología -la
ciencia de los objetos muy pequeños- para crear pequeños robots de polímero con
una proteína llamada transferrina, que busca un receptor o entrada molecular en
diferentes tipos de tumores.
"Este es el primer estudio
que logra entrar ahí y demostrar que está cumpliendo con su mecanismo de
acción", dijo Mark Davis, profesor de ingeniería química y líder del
estudio.
"Estamos muy entusiasmados
porque hay mucho escepticismo cada vez que aparece una nueva tecnología",
sostuvo Davis, consultor de la firma privada Calando Pharmaceuticals Inc, que
está desarrollando la terapia.
El equipo de Davis descubrió que,
una vez que las partículas encuentran la célula cancerígena e ingresan a ella,
se rompen, liberando pequeños ARN interferentes que bloquean un gen que fabrica
una proteína de crecimiento del cáncer llamada ribonucleótido reductasa.
"En la misma partícula hemos
construido lo que llamamos un sensor químico", dijo Davis en una
entrevista telefónica. "Cuando reconoce que ingresó a la célula, dice OK,
ahora es momento de disolverme y liberar el ARN", explicó.
El equipo también encontró
evidencia de que la terapia había desactivado al ribonucleótido reductasa, lo
que sugirió que el ARN había cumplido con su función.
Davis no pudo decir si la terapia
ayudó a achicar los tumores de los pacientes, pero uno de ellos obtuvo un
segundo ciclo del tratamiento, lo cual sugeriría que sí.
Tampoco pudo aclarar si hubo
algún problema de seguridad. El estudio será presentado en la reunión de la
Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica en junio, informó.
Por: Julie Steenhuysen / Reuters
Salud |22 Mar 2010 - 1:05 pm